Las corcholatas del presidente ya están rondando

Con la confirmación para un medio local en Jalisco, Adán Augusto que con una sonrisa dijo: “Como quieran quiero”, se inaugura la temporada de las corcholatas rodando en pleno, a la velocidad que les exige la encuesta interna.

La opinión del electorado está siendo selectiva. Si bien es cierto que las cuatro corcholatas tienen simpatizantes que se congregan para recibirlos y escuchar sus propuestas, a unos los sienten más cercanos que a otros de acuerdo a la visión que cada uno tiene del país. La gente los tiene en observación. Analiza la viabilidad de sus ofrecimientos y cómo piensan resolver las problemáticas nacionales, que no son pocas.

Los ciudadanos que tienen la oportunidad de escuchar, frente a frente, a los aspirantes, pueden percatarse quién tienen la solidez que se requiere para gobernar un país.

Adán Augusto López es muy cercano a López Obrador. Cercanía ganada por ser su paisano y acompañarlo desde sus inicios por el camino político. Adán está aplicando una fórmula que pareciera discordante. Está llevando a cabo reuniones con empresarios, con sectores de la clase media, y con habitantes de zonas marginadas. Y con todos se ha entendido bien. Quedan satisfechos por el conocimiento que tiene de la realidad nacional.

Adán Augusto se desenvuelve con más libertad y soltura que los otros.  Su presencia en cualquier lugar queda justificada por su nombramiento como secretario de Gobernación. La gente lo sabe.

Hay que destacar que la secretaría de la que es titular, tiene toda una estructura a nivel nacional que, sin lugar a dudas, estarían por convertirse, sino es que ya, en difusores para dar a conocer su nombre a fin de posicionarlo en el conocimiento de la gente. Cuenta a su favor el apoyo de los gobernadores y gobernadoras emanadas del partido en el poder.

Hay un dato que no está muy difundido y que puede ser un factor que le ayude: habla cuatro idiomas y tiene maestría en el extranjero.

Si la encuesta no le favoreciera, mostraría disciplina al partido MORENA, seguiría apoyando a su amigo el presidente y, probablemente, el mandatario le dé la responsabilidad de la operación electoral.

En Marcelo Ebrard destaca su carisma y la facilidad que tiene para desenvolverse sobre los escenarios políticos. En su rostro expresa seguridad y tranquilidad. Sin embargo, hay quienes aseguran que no ha mostrado una ideología que lo identifique con el partido con el que pretende ser postulado como candidato, en caso de ganar la encuesta.

Su cuidada imagen personal fortalece su carisma, pero lo coloca en un formato de acartonamiento.

De los cuatro, Marcelo es al que se le ve mirando más al extranjero que a la República. Sus funciones como Titular de las relaciones exteriores, ponen su mente en el exterior donde anda intentando defender los intereses de México. Razón por la cual, sus viajes al extranjero son frecuentes.

La gente está ansiosa por escuchar el discurso que utilizaría Marcelo si se reuniera con indígenas, por ejemplo, o con los habitantes de zonas marginadas.

Si a Marcelo no le favorecieran los resultados de la encuesta, sería impredecible su decisión. El hecho de no ser morenista puro no lo obliga a aceptar los resultados. Pudiera inconformarse, brincar a otro partido, o negociar alguna posición que favorezca su proyecto político personal.

En cuanto a Ricardo Monreal, trae a su favor la experiencia de haber gobernado un estado: Zacatecas. Posee habilidades para conducirse como legislador, ámbito en el cual se le reconoce como negociador parlamentario. Habla con cautela, cuida sus palabras, no se compromete con las decisiones fuertes. Procura que sus opiniones no provoquen molestias en el presidente de la República. Ha mostrado contradicciones como cuando dijo que si la selección interna de Morena era por encuesta no participaría. Después opinó lo contrario.

Debido a lo que ha trascendido y a la opinión de algunos líderes opositores, si Monreal con anticipación se entera por otras mediciones que la encuesta no le va a favorecer, podría tomar una salida lateral: aceptar ser postulado por partidos opositores.

El hecho de que el coordinador de los senadores de MORENA haya declinado marchar con sus simpatizantes al Zócalo, a quienes había convocado el día previo para sumarse a la celebración por el 85 aniversario de la expropiación petrolera, puede ser una señal del rumbo que tomarían sus convicciones.

Por lo que toca a Claudia Sheinbaum, por el momento las encuestas la colocan en los primeros lugares. La señora tiene positivos, pero también tiene negativos. Ambas cifras están casi

a la par. La razón es porque cuando se gobierna una entidad, por muy buen trabajo que se realice, hay un desgaste natural importante. Es el caso de Sheinbaum. La ciudad de México es tan grande como grandes son sus problemas.

La mejor campaña que podría realizar, sin la necesidad de salir a algún estado, es apostándole a un buen gobierno ya que la ciudad de México es una caja de resonancia mediática de alcances nacionales.

No se discute la cercanía con el que manda. Pero el presidente, por conveniencia de su proyecto, no se empeñaría en impulsar a quien no le garantice el triunfo a pesar de los afectos.

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